CARTA PÚBLICA AL ZAR ANTIDROGAS DE EEUU, JOHN WALTERS SOBRE FUMIGACIONES

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El Burro hablando de orejas

Carta pública al zar antidrogas de los EEUU, John Walters.

Desafortunadas, insultantes y falsas son las declaraciones realizadas a la prensa por el señor Walters, conocido ‘zar antidrogas’ que representa al gobierno de Estados Unidos, con las que estigmatiza al Ecuador de ignorante por el solo hecho de defender su soberanía en cuanto a las probadas afectaciones de las aspersiones aéreas de glifosato, en el fallido plan de acabar con los cultivos ilícitos.

Tales declaraciones, emitidas en Bogotá y reproducidas por el periódico La Hora, de Quito, el pasado jueves 10 de noviembre de 2005 señalan que “las críticas al uso del herbicida glifosato para erradicar narcocultivos, se deben a la falta de conocimiento sobre el tema y, en otros casos, provienen de sectores que apoyan el narcotráfico y el terrorismo”.

Ante tamaño despropósito, organizaciones sociales, ambientalistas y de derechos humanos de Ecuador, incorporadas al Comité Interinstitucional contra las Fumigaciones, CIF, puntualizamos que éste es un nuevo ataque al Gobierno de Ecuador y a sus instituciones democráticas, por haber pedido una zona de amortiguamiento de 10 kilómetros de frontera tras los graves impactos reconocidos en los pobladores ecuatorianos y en sus cultivos lícitos de subsistencia, y en atención al principio de precaución de la legislación internacional que vincula a los dos Estados limítrofes. Insistimos en una posición justa y coherente que exige de Colombia proceda a la erradicación manual o con bomba de fumigar y no, como se intenta pervertir, para resguardar un ‘santuario de la coca’, en que el País no tiene el menor interés.

Ante los insultos el CIF le responde al Sr. Walters que:

1) El Gobierno de los EEUU no puede hablar de lucha contra el narcotráfico, sobre todo cuando:

a) “Estados Unidos es el líder mundial en el lavado de dinero global. Según el Departamento de Justicia de ese país, EEUU lava entre 500.000 millones de dólares y 1 billón por año y es casi seguro que por lo menos entre 100.000 y 200.000 millones de dólares, tienen que ver con el comercio de importación y exportación y el comercio minorista de drogas. (Catherine Austin Fitts. Narcodólares para principiantes: El dinero en el comercio ilícito con drogas. Narco News Bulletin. 27-10-2005)

b) Es público que a finales de junio de 1999, Richard Grasso, presidente de la Bolsa de Nueva York [NYSE] voló a Colombia para reunirse con un representante de Raúl Reyes, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (las ‘narcoterroristas’ FARC), con el propósito de “llevar un mensaje de cooperación de los servicios financieros de EE.UU.” y discutir las inversiones extranjeras y el futuro papel de los negocios de EE.UU. en Colombia. La misión de Grasso se relacionaba con la continua circulación de capital de la cocaína a través del sistema financiero de EE.UU, por cuanto 1) las FARC, estaban invirtiendo sus beneficios en el desarrollo local sin la ayuda del sistema bancario ni de las inversiones de EE.UU. y 2) las FARC estaban llamando a que se descriminalizara la cocaína, lo cual era gravísimo para la Bolsa de Nueva York, ya que su liquidez depende suficientemente de los elevados márgenes de beneficio de la cocaína (…) el fracaso de la gestión de relieve de Grasso empujó a que “el Plan Colombia se mueva aprisa para tratar de que los narcodepósitos salieran del control de las FARC y volvieran al control de aliados tradicionales como el Citibank y demás grandes bancos e instituciones financieras estadounidenses en Latinoamérica” (C. Austin Fitts).

c) El mundo conoce lo que el Gobierno de los EE.UU. hizo en Vietnam en los años 70: pagar con el dinero de la droga operaciones encubiertas en Laos y Tailandia, mientras los cadáveres de sus soldados eran repatriados por la Fuerza Aérea de Estados Unidos en ataúdes rellenados con heroína. Que la DEA en Bolivia transportó cocaína hasta los Estados Unidos e inundó en los 80 los barrios marginales con crack y cocaína, no solo para controlar a su propia población sino para financiar a la contra nicaragüense con armas procedentes de Irán. En la misma época financió a los Talibanes contra los rusos en Afganistán con el dinero de la heroína; y que tras la victoria en el 2002 de la Alianza del Norte, creada por su propio país para combatir a los talibanes, los cultivos de opio alcanzaron cifras nunca antes vistas. Así mismo apoyaron en Kosovo en los años 90 a la UCK, un grupo armado que obtenía sus ingresos del tráfico de Heroína; y algo inclusive más cercano a la realidad que hoy le toca enfrentar a Ecuador: el apoyo a los paramilitares colombianos, que están en la lista de grupos terroristas creada por su gobierno, y que, también, obtienen sus ingresos del tráfico ilícito de la cocaína, aunque con la única diferencia de que no piden su legalización.

Señor Walters, el Gobierno de los EE.UU., del que usted depende, no puede luchar contra el narcotráfico, porque está implicado en el narcolavado. Con energía incontestable William Colby, antiguo director de la CIA, confiesa que los cárteles de la droga latinoamericanos “han estirado sus tentáculos de modo mucho más profundo en nuestras vidas de lo que cree la mayor parte de la gente. Es posible que estén tomando las decisiones a todos los niveles del Gobierno de los Estados Unidos”.

2) Con respecto a la ignorancia, permítanos señor Walters ubicarle en la realidad que a usted le resulta rentable ocultar:

a) Usted trabaja para el gobierno de G. W. Bush, que ha dado claras muestras de ignorancia al buscar a Osama Bin Laden en Irak, y supuestas armas de destrucción masiva, cuando lo que buscaban realmente era su petróleo, ¿o a eso el entendimiento le llama interés?

b) Usted trabaja para un gobierno que no ha sabido proteger a la población del anunciado desastre del Katrina, ¿o a eso le llaman negligencia culposa y no inquietante racismo?

c) Usted no ha leído ninguno de los más de 260 artículos científicos que el Sr. Bigwood recogió sobre impactos al ambiente por el glifosato y que fueron entregados al Ministerio del Ambiente del Ecuador en el 2002. ¿O sí los leyó y los niega?

d) Usted dice que fumigan con glifosato, pero oculta afirmar que la sustancia con la que fumigan es un cóctel de sustancias que no ha sido ensayado en laboratorios con animales, en la calidad de la mezcla, ni a las concentraciones que son usadas en Colombia, que es más de cien veces superior a la concentración que hace del glifosato el tercero en causas de intoxicación en California.

e) Usted debe desconocer que en Colombia Dyncorp ya ha usado armas biológicas contra los campesinos y sus cultivos, como reconoció la embajadora de EE.UU. en Bogotá Ann Paterson en el 2002. Y tal vez desconozca que su país ya fumigó en Perú con Fusarium Oxisporum en la década de los 90, aprovechando que quienes asperjan son contratistas de la administración de su país y no hay medidas de control de los productos que se asperjan.

f) Usted debe desconocer las miles de denuncias que la Defensoría del Pueblo de Colombia ha recogido de los afectados por las fumigaciones, y que simplemente el Gobierno de Colombia pretende ignorar, siguiendo su pernicioso ejemplo, como pretende ignorar las entradas que su ejército hace dentro del territorio Ecuatoriano con la excusa guerrillera.

g) Usted desconoce las denuncias de los campesinos de la frontera de Ecuador con Colombia, ignora que éstos campesinos han puesto una demanda en la Corte de Columbia (EE.UU.). No sería de extrañar que usted admitiera con descaro, como ya lo hizo en el Pentágono el Sr. Roger Pardo Maurer, quien en reunión con afectados de la frontera en el 2003 dijo: “sabemos que hay problemas de salud por las fumigaciones, incluso muertes, pero para nosotros es un costo aceptable. Si para reducir la droga en Estados Unidos es necesario limpiar la frontera de todos ‘esos bandidos’, pues hay que continuar con la política establecida (…) para mi, todos esos campesinos e indígenas de la frontera son bandidos”.

Sus palabras son un insulto más a un gobierno latinoamericano, le agradeceríamos en nombre del pueblo de Ecuador que cuando sienta la necesidad de insultar nuevamente, se pare frente a un espejo y se mire las orejas.

COMITÉ INTERINSTITUCIONAL CONTRA LAS FUMIGACIONES

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