La pandemia y el agronegocio no se detienen

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Acción Ecológica Opina

Hay cada vez más indicios de que la cría masiva de animales es causal de pandemias, y aunque en el caso del COVID-19 hay muchas teorías sobre su origen, una de las más fuertes está relacionada con la cría industrial de animales de granja.

En la Provincia de Hubai se ubica el llamado “cinturón avícola de China”.

China es, de lejos, el primer productor de cerdos (produce el 43% del total mundial); el mayor productor de huevos (35% de la producción mundial) y el tercer productor de pollos (después de Estados Unidos y Brasil). China consume anualmente 700 millones de cerdos; casi la mitad de la demanda mundial.

En los criaderos conviven decenas de miles de animales, que producen inmensas cantidades de desechos de todo tipo, incluyendo heces fecales y residuos de los piensos de soya o maíz transgénicos; además, estos animales reciben antibióticos y antivirales a lo largo de su vida; con lo que se crea el escenario ideal para la recombinación genética y surgimiento de nuevas cepas de virus.

En 2018, en las granjas porcinas de China surgió otra epidemia viral, la fiebre porcina africana, que redujo a la mitad el número de chanchos: de 440 millones criados en ese país, fueron afectados por el virus unos 220 millones, equivalentes a una cuarta parte del total mundial de cerdos.

Tres años antes del COVID-19 miles de cerdos murieron por SADS (Síndrome de Diarrea Aguda en Cerdos), un coronavirus que se cree que saltó de los murciélagos a los cerdos cercanos. La transmisión posterior a los humanos no ocurrió, pero las pruebas de laboratorio demostraron que pudo ocurrir.

Otras pandemias, como la gripe porcina y aviar, y la enfermedad de la vaca loca, han surgido de esos ambientes. Todas ellas han estado relacionadas con la cría masiva e industrial de animales.

¿Cómo la enfermedad se transforma en pandemia?

El coronavirus se movió por las rutas del comercio internacional de commodities y en los viajes intercontinentales; y a través de estas vías, en pocos meses se volvió una pandemia.

El comercio internacional está interconectado, y así como mueve materiales y energía, también transporta enfermedades haciendo que la epidemia que surgió en China, se expanda a todo el planeta.

Vemos que la producción agrícola para exportación, por ejemplo la soya o el maíz producidos en el Cono Sur, sirven para alimentar a chanchos en la Unión Europea o China. Estos a su vez son exportados a otros países, en algunos casos ya procesados. En los monocultivos se usan agrotóxicos y maquinaria agrícola que también provienen de otras regiones . Además, el sistema requiere petróleo que pudo haber sido extraído de la Amazonía ecuatoriana. En ese proceso de movilización de energía y materiales, también circulan enfermedades.

Se está usando la pandemia y los estados de excepción para fortalecer estas cadenas de producción e imponer normas antipopulares que normalmente provocarían una fuerte movilización de las organizaciones sociales y del conjunto de la población.

Es así como en América Latina, se están adoptando y debatiendo nuevos cuerpos legales. Por ejemplo, en relación con los cultivos transgénicos: en Bolivia se permitió que a más de la soya RR, se flexibilice el cultivo de maíz, caña, trigo y nuevas variedades de soya GM; en Chile se pretende ampliar la producción de semillas para consumo interno (hasta ahora sólo se permite producir semillas para la exportación); en Perú se quiere acabar con la moratoria a los cultivos transgénicos; y en el Ecuador, a través del IICA, se quiere “armonizar” la normativa de OGM con otros países de la región.

Esto sólo es un ejemplo de la flexibilización en materia ambiental que se está llevando a cabo en la región en el contexto de la pandemia.

¿Qué pasa en el Ecuador?

Cuando empezó la cuarentena se emitió el Decreto Ejecutivo 1017 del 16 de marzo de 2020, a través del cual “se declara el estado de excepción por calamidad pública en todo el territorio nacional”; pero el artículo 6 (c) de dicho decreto dice que:

“seguirá funcionando… toda la cadena de exportaciones, la industria agrícola, ganadera…”.

Cuando se declaró el Estado de emergencia en Ecuador, se exceptuó a la agroexportación de las medidas de confinamiento. A pesar de que este sector no ha dotado a sus trabajadores y trabajadoras de medidas de bioseguridad, se queja por las grandes pérdidas que ha tenido y que ha bajado el precio de la caja de banano, sin embargo, ha tenido exportaciones extraordinarias durante la pandemia, como se refleja en la información presentada en estos cuadros:

Cuadro 1. Fuente: ACORBANEC

Aquí vemos que las exportaciones de banano ecuatoriano han alcanzado ventas superiores en lo que va del 2020 que las hechas en años anteriores.

Igual ocurre con otras commodities como el camarón. Sus exportaciones tienen una pequeña caída en diciembre/enero, cuando el COVID era todavía una epidemia restringida a China, país que es un comprador de camarón ecuatoriano, como se muestra en el siguiente cuadro.

Cuadro 2. Fuente: Cámara de Acuacultura

Recientemente, China rechazó el camarón de tres camaroneras del Ecuador por encontrar genes de COVID en los empaques. Las empresas han empezado a preocuparse, mientras que personas ligadas al sector de trabajadores de la industria reporta la existencia de gran cantidad de contagios de COVID.

Pero la agroindustria necesita de grandes cantidades de agrotóxicos para enfrentar los múltiples problemas que genera esta forma de producción . Gracias a esta demanda, la Empresa Syngenta (ChemChina) tuvo un lucro de 855 millones en el primer semestre de 2020, lo que corresponde a un 7% por encima del primer semestre del año pasado. América Latina significó el 20,6% de las ventas de la empresa.

Los agrotóxicos en el ambiente exacerban los impactos del COVID. Un estudio reciente de la Universidad de Birmingham – Inglaterra, muestra que “utilizando datos detallados, encontramos pruebas convincentes de una relación positiva entre la contaminación del aire y concentraciones concretas [de partículas pequeñas] y casos de COVID-19, ingresos hospitalarios y fallecimientos. Esta relación persiste incluso después de controlar un rango amplio de factores explicativos”.

El sistema capitalista no sólo está tratando de sobrevivir en medio de la pandemia, sino que la está utilizando para incrementar sus ganancias. Según Oxfam, en conjunto existen 42 multimillonarios brasileños que aumentaron sus fortunas desde el pasado marzo en 34.000 millones de dólares, al tiempo que sus patrimonios líquidos sumados pasaron de 123.000 millones a 157.100 millones de dólares, a inicios de julio.

Mientras la mayoría de personas en el mundo estamos en confinamiento, la agroindustria y la agroexportación no han parado, y algunas ramas han tenido récords históricos de exportación, como reflejan los datos de exportación del banano ecuatoriano.

Acción Ecológica

3 de agosto del 2020

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