Nuevo informe de la Global Forest Coalition explica los conceptos básicos de REDD+ y por qué es tan polémico.
Han pasado 15 años desde que la Convención de las Naciones Unidas sobre el cambio climático presentó REDD (y luego REDD+) como una solución muy publicitada para las emisiones de carbono debidas a la deforestación y la degradación forestal. Se han gastado miles de millones de dólares en financiación pública para el cambio climático, pero las tasas de deforestación siguen siendo muy altas, especialmente en los países que han recibido la mayor cantidad de financiación.
Es mes pasado, el Fondo Verde para el Clima (GCF, por sus siglas en inglés) otorgó otros 130 millones de dólares a Colombia e Indonesia como “pago por los resultados” de REDD+ en los últimos años. Sin embargo, los pueblos indígenas y otros titulares de derechos siguen siendo ignorados o socavados en ambos países, y existe un riesgo real de que cualquier progreso será cancelado por la deforestación en otras áreas medida que se despejan las tierras para la expansión del aceite de palma, la minería y la extracción de otras materias primas.
El nuevo informe de la Coalición Mundial por los Bosques (disponible en español, inglés y francés) analiza donde ha fallado REDD+ y por qué sigue siendo tan controvertido en la actualidad. El texto reflexiona sobre los impactos de una supuesta solución tan ampliamente promovida y financiada para la deforestación y el cambio climático, y cómo, a pesar de la oposición de largo plazo de muchos grupos de la sociedad civil y organizaciones de pueblos indígenas en particular, no se ha logrado adoptar un enfoque basado en los derechos para la financiación climática.
REDD+ reduce los ecosistemas forestales complejos en un valor conveniente: la cantidad de carbono en los árboles. Al hacerlo, mercantiliza los componentes clave de la vida de los que dependen los pueblos de los bosques, entregando el control sobre los bosques y su uso a poderosos actores estatales y corporativos. Los derechos comunitarios están protegidos en teoría, pero no en la práctica. Sin embargo, el consentimiento libre, previo e informado (CLPI) efectivo y la participación significativa de los pueblos indígenas, las comunidades locales y las mujeres deben formar la base de la conservación forestal.
Con altos niveles continuos de deforestación y degradación forestal en todo el mundo y cada vez más evidencia de conflictos y violaciones de derechos en los proyectos REDD+, se requiere apoyo y protección para alternativas equitativas y efectivas a REDD+ que respeten los derechos, conocimientos y prácticas de los pueblos indígenas y comunidades locales.
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