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Serie: ¡Y dale con la economía verde! – No. 3: ¿Canje de deuda por océanos?

Acción Ecológica Opina

La propuesta de una conversión o canje de deuda para ampliar la reserva marina de Galápagos ha puesto sobre el debate la conveniencia o no de esta iniciativa y su mecanismo.  ¿Qué implican los canjes de deuda por naturaleza? ¿Responden estos canjes a las responsabilidades comunes pero diferenciadas con respecto a la crisis ecológica?  ¿Cómo se relaciona este canje de deuda con la demanda de anulación de la deuda ilegítima y el reclamo de la deuda ecológica?  ¿Qué conexión tienen estos canjes con la economía verde?

Estamos viviendo la profundización de la crisis económica, social, sanitaria, ecológica, debido a la pandemia.  En el fondo de esta crisis está el modelo de desarrollo capitalista y extractivista basado en un sistema de endeudamiento especulativo e ilegítimo que vulnera los derechos de los pueblos y de la naturaleza y genera deuda social y ecológica.

A causa de esta crisis ha aumentado el endeudamiento de los países de América Latina y el Caribe que ha llegado a más del 79,3% del PIB regional (1). En el caso del Ecuador la deuda pública actual – externa e interna – asciende a 63.000 millones de dólares que equivale al 65,3% del PIB. De ésta 17800 millones de dólares corresponde a bonos comerciales

La crisis de la deuda externa es vista como una oportunidad por los organismos de crédito, las empresas transnacionales y organizaciones internacionales de conservación para impulsar un nuevo producto financiero: los “bonos azules”.

En octubre del 2019 The Nature Conservancy (TNC) lanzó el primer Bono Azul del Mundo el Seychelles Soverign Blue Bond.  Seychelles es una nación compuesta por 115 islas, bordeadas de coral, en el Océano Indico.  El TNC ofreció un canje de “deuda por naturaleza marina”. Con el Fondo para el Medio Ambiente del Banco Mundial y otros inversionistas, el TNC compró USD $ 22 millones de la deuda de Seychelles con Francia, Gran Bretaña, Italia y Bélgica.  “El dinero ´ahorrado´ se destina a un fondo fiduciario que paga la conservación de las áreas marinas protegidas y la promoción de la pesca y otros sectores de la economía azul de la nación” (2).  

En un análisis del acuerdo de Seychelles realizado por la Red del Tercer Mundo (TWN por sus siglas en inglés) y de la Universidad British Columbia (3), se indica que “TNC ha llegado a tener un papel importante en la planificación e implementación de un plan espacial marino para toda la zona económica exclusiva (ZEE) del país”. Los autores argumentan que el resultado es que “la totalidad de la ZEE de Seychelles ha sido inscrita como activo en la reestructuración macroeconómica; se ha asegurado una mano más fuerte para las lógicas neoliberales, las instituciones y los acuerdos de propiedad en su gobernanza”. El estudio menciona que “existe un riesgo real de que este tipo de acuerdos empujen a los países a renunciar a la soberanía sobre sus recursos naturales debido al imperativo de reducir sus deudas”.

La propuesta de “conversión de deuda por naturaleza” presentada en febrero de este año al gobierno del Ecuador, se inscribe en esta iniciativa, a través de Ocean Finance Company (OFC) y Robert Weary (4), consultor de The Nature Conservancy (TNC).  Se busca comprar 1 000 millones en bonos 2030 (5). Los intereses que generan estos bonos son los que se destinan para conservación.  Es decir que el país sigue pagando los bonos y sus intereses, aunque se hace una pequeña reducción de la deuda.  Los intereses serán colocados por la OFC en un fideicomiso que se espera genere un rendimiento anual de 20.6 millones que será el dinero disponible para la conservación de la Nueva Reserva Marina de Galápagos, ésta sería parte de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) insular.  Los bonos canjeados serían transformados en “bonos azules” (6).

The Nature Conservancy (TNC) está empeñada en conseguir fondos para conservación marina. De acuerdo al artículo de Diálogo, citado anteriormente, “Bancos e inversionistas pueden invertir dinero en ´bonos azules´ o ´carbono azul´ a cambio de créditos de carbono negociables u otros beneficios”.   De esta forma los mayores responsables de la crisis ecológica, como la banca internacional, las grandes corporaciones, a través de las organizaciones internacionales de conservación como TNC, “cumplen” con los acuerdos internacionales de conservación de la biodiversidad y de cambio climático.  Estos acuerdos, en vez de apuntar a las causas estructurales de la destrucción de la biodiversidad, el cambio climático y de los océanos han creado los mercados de carbono y otros mecanismos de la Economía Verde, que constituyen falsas soluciones a la crisis ecológica.

El Banco Mundial, Credit Suisse, Morgan Stanley y el Banco Asiático de Desarrollo están buscando «bonos azules», para generar grandes reservas de capital privado para los océanos”.  Siguiendo a Diálogo Chino, de esta forma los inversores son quienes diseñan los planes para las áreas oceánicas y “los gobiernos anfitriones participan como minoría en las juntas de los fondos fiduciarios público-privados que administran el efectivo” según expresa el propio Weary.  Se pretende llegar a tener 20 acuerdos en 20 países en 5 años.

Desde Acción Ecológica cuestionamos el mecanismo de canje de deuda por naturaleza, pues soslaya el sistema de endeudamiento ilegítimo y especulativo que sostiene el modelo capitalista y extractivista; libera de responsabilidad a las grandes empresas extractivistas, de la pesca a gran escala, del agronegocio, bancos y grandes infraestructuras, por la destrucción y contaminación ambiental y de los mares, y la correspondiente generación de deudas sociales y ecológicas; promueve la creación de nuevos productos financieros como los “bonos azules” como parte de la Economía Verde; y cede al control privado transnacional una de las zonas más biodiversas del mundo: los océanos.

El deterioro de los mares y océanos es muy preocupante. Éstos son vistos como despensa de recursos y como vertedero de residuos.  

Las grandes flotas pesqueras son las responsables del 70% de los recursos que se sacan del mar.  El 70% de los residuos mundiales van al mar sin tratamiento.  El aumento de CO2 en la atmósfera modifica la temperatura de los océanos y cambia la composición, haciéndolos más ácidos y salinos; esto elimina las especies marinas. 90% del transporte comercial se hace por los océanos. El 70% de las pesquerías mundiales están colapsadas. Avanza la desertificación del fondo marino. Las empresas transnacionales monopolizan los recursos marinos en detrimento de las comunidades y pueblos costeros (7).  En este sentido, lo ocurrido con Seychelles es una alerta para nuestro país.

Recordemos también que con la firma de la Convención del Mar – Convemar – se redujo de 200 a 12 millas de mar territorial ecuatoriano, las 188 millas se establecieron como ZEE con carácter de aguas internacionales, lo que ha propiciado la agresiva pesca industrial, como la que cada año sucede con la flota pesquera china en esta zona.  

Planteamos que los países industrializados, sus instituciones financieras y corporaciones asuman su responsabilidad por la destrucción del planeta, la deforestación y pérdida de biodiversidad, el deterioro de los mares y océanos, y las causas del cambio climático.  

En vez de canjes de deuda por conservación, demandamos la anulación de las deudas ilegítimas y la reparación integral de las deudas sociales y ecológicas con los pueblos, la naturaleza y los países del Sur global.  Exigimos parar la destrucción de la naturaleza terrestre y marina, y prohibir la pesca industrial, entre otras actividades extractivas.

Como parte de esta reparación integral demandamos fondos no reembolsables necesarios para programas de protección de los océanos, restauración ecológica de los mares y reparación a las comunidades afectadas. Estos programas deberán ser propuestos, acordados y manejados en articulación entre los Estados, las organizaciones sociales y las comunidades locales vinculadas a estos territorios, como garantía de que se priorice las condiciones de vida para los pueblos marino-costeros, la soberanía marina y los derechos humanos, colectivos y de los océanos.

ACCIÓN ECOLÓGICA
10 de junio de 2021

REFERENCIAS:
(1) La deuda pública de América Latina llegó a 79% del PIB de la región el año pasado. La República, Colombia. 1 de marzo de 2021.  https://www.larepublica.co/globoeconomia/deuda-publica-de-latinoamerica-represento-79-del-pib-de-la-region-durante-el-2020-3132452
(2) DIÁLOGO CHINO. ¿Las finanzas azules pueden salvar los océanos? 30 de mayo de 2019.
https://dialogochino.net/es/clima-y-energia-es/27402-las-finanzas-azules-pueden-salvar-los-oceanos/

(3) TWN. Beyond the Gap: Placing Biodiversity Finance in the Global Economy. 2020. Pág 38. https://twn.my/title2/books/Beyond%20the%20Gap/BeyondTheGap%20complete%20report.pdf
(4) Robert Weary se incorporó a TNC después de trabajar en el Departamento de Gestión de Inversiones del Banco Mundial.  Es un negociador de los canjes de deuda por conservación marina en asociación con grandes bancos e instituciones financieras internacionales. https://www.washingtonpost.com/climate-solutions/2020/10/28/climate-solutions-ocean-conservation/
(5) Organización ambiental propone ‘canje’ de deuda externa del Gobierno a cambio de ampliar la protección marítima de Galápagos. El Comercio. 24 de febrero de 2021.  https://www.elcomercio.com/actualidad/negocios/organizacion-canje-deuda-proteccion-galapagos.html
(6) Elena Mejía. “Los siete pasos para entender el canje de deuda por conservación en Galápagos”. Bitácora Ambiental. 20 de marzo de 2021. 
https://www.bitacoraec.com/post/los-siete-pasos-para-entender-el-canje-de-deuda-por-conservaci%C3%B3n-en-gal%C3%A1pagos
(7) Curso “Saqueo del Mar: la última frontera. Importancia de los ecosistemas marino-costeros” dictado por Juan Carlos Cárdenas de Ecocéanos-Chile.  IEETM (2013).

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