Serie: Lo que le espera a la Naturaleza – No. 3: Las contradicciones de nuevo gobierno en el tema petrolero

Acción Ecológica Opina

Serie: Lo que le espera a la Naturaleza en la presidencia de Guillermo Lasso

El Ecuador tiene 54 años de extraer petróleo de la Amazonía, en los cuales los gobiernos de turno únicamente han priorizado los ingresos económicos, tratando a los impactos ambientales y sociales de manera marginal.

Lamentablemente el actual presidente electo no se diferencia de los anteriores gobiernos en materia petrolera, pues en su plan de gobierno reafirma políticas de extracción intensiva, criticando la mala administración y la falta de inversión en exploración y explotación. Se queja de que en Ecuador la producción ha permanecido estancada en las últimas décadas mientras que en todo el mundo se incrementó considerablemente. Pone como ejemplo a Colombia en donde durante en los 10 años anteriores duplicó su extracción petrolera llegando a cerca de 1 millón de barriles al día, resaltando como positivo que el 40% proviene de empresas privadas.

Esperamos que Guillermo Lasso siga las noticias de lo que ocurre en el país vecino del Norte y que entienda que el aumento de la extracción petrolera no ha traído beneficios para el pueblo colombiano, sumido en la pobreza y movilizado desde hace semanas para reclamar sus derechos a pesar de la criminal represión de la que está siendo víctima. Porque los pueblos si comprenden que: a más petróleo, más pobreza.

Es sorprendente que aun estando nuestro país catalogado como megabiodiverso y con una gran diversidad cultural y otras alternativas económicas, y completamente comprobado que la extracción petrolera genera nefastos impactos a nivel local (contaminación, enfermedades, destrucción de hábitats, empobrecimiento, entre otros) y global como la crisis climática, el Ecuador le siga apostando a una actividad tan destructiva. Las evidencias del impacto negativo de la extracción petrolera están en numerosos estudios científicos, así como en la sentencia judicial del caso Chevron/Texaco, empresa que inició la devastación del norte de la Amazonía. Texaco fue declarada culpable por los daños ambientales y sociales que provocó y condenada a pagar más de 9 mil millones de dólares.

Creemos que Guillermo Lasso seguramente conoce las zonas con actividades petroleras en la Amazonía ecuatoriana, y que debe saber que no se puede encontrar agua limpia, ni superficial, ni subterránea ya que toda está contaminada con los desechos de la industria hidrocarburífera; suponemos que está al tanto de que los frecuentes derrames de crudo y aguas tóxicas han contaminado los suelos inhabilitándolos para la agricultura o que la quema del gas asociado al petróleo en los mecheros envenena el aire afectando a las poblaciones y a la naturaleza. Lasso debe informarse que, por este motivo, 9 niñas amazónicas pusieron una acción legal y que los jueces les dieron la razón y ordenaron que apaguen los mecheros de la Amazonía ecuatoriana. Así como, condolerse al saber que en las comunidades afectadas por la explotación petrolera se registra casos de cáncer casi tres veces por encima de la media nacional, en su mayoría afectando a mujeres.

Otro aspecto básico que no está siendo tomado en cuenta en los planes del próximo gobierno es que el petróleo es no renovable, y que mientras más rápido se lo saque, más rápido se agota. Al hablar de reservas de petróleo no estamos hablando de una “vaca lechera” con lo cual, en alguna ocasión, un funcionario petrolero quiso convencer a una comunidad campesina para que deje reabrir un pozo ya cerrado. Por lo tanto, es absurdo hablar de explotación sustentable o de procesos productivos y extractivos responsables cuando se habla del petróleo.

Según el plan de gobierno de Lasso, el Ecuador puede incrementar su extracción petrolera de acuerdo con las reservas del sur de la Amazonía; evidentemente no sabe que, en la licitación de los bloques del Sur Oriente durante el gobierno de Correa, ninguna empresa internacional se interesó por ellos. Y aparentemente también desconoce que los pueblos indígenas, dueños ancestrales de los territorios donde se intenta explotar en esta zona del país, han rechazado rotundamente el ingreso de actividades petroleras.

Con respecto al cambio climático, el plan del futuro gobierno no establece la relación que está científicamente comprobada entre esta crisis y la extracción y quema de combustibles fósiles. Todo lo contrario, con la ignorancia más supina, afirma que la reducción de emisiones no excluye el uso de combustibles, sino que la solución radica en optimizar la calidad de estos y así mejorar la calidad del aire que respiramos ayudando al ambiente y, en consecuencia, frenando el avance del cambio climático. El enfoque ante esta problemática tan grave nos recuerda el negacionismo de Donald Trump, y es muy preocupante cuando el Estado ecuatoriano también tiene que asumir responsabilidades internacionales ante el calentamiento global.

El mencionado plan de gobierno afirma que un “aprovechamiento eficiente y responsable de los recursos naturales es vital para erradicar la pobreza, crear empleo y lograr la prosperidad en nuestro país”. Si esto fuera cierto, ¿por qué en los más de 50 años que tiene el país extrayendo petróleo no se ha logrado estas ofertas que todos los gobiernos han hecho? Por el contrario, según cifras del INEC (1), y recogidas en estudios académicos (2) las provincias de Sucumbíos y Orellana, donde se encuentran la mayoría de los campos petroleros, registran los primeros lugares en pobreza de la región amazónica (3). Las cifras de desempleo para el 2015 nos indican que estas mismas provincias registran el cuarto y quinto puesto con mayor desempleo (4). Es decir, estos datos no coinciden con la afirmación de que explotando los llamados recursos naturales se pueda alcanzar la prosperidad de nuestro país.

Otro de los puntos que se realza en el plan de gobierno, de corte evidentemente neoliberal, es el convencimiento de que todo se resolverá con inversión privada. Para esto ofrece renegociar los contratos petroleros y volver al modelo de participación que tanto perjudicó al país en el pasado porque dividía las ganancias de la explotación petrolera en 80% para la empresa privada y 20% para el Estado.

Otra cosa que sorprende del plan de gobierno de CREO es la afirmación de que Ecuador no puede darse el lujo de mantener sus recursos petroleros y mineros bajo tierra, y que se los debe aprovechar con responsabilidad ambiental, haciendo uso de los avances tecnológicos. Es necesario aclarar que los efectos negativos de la actividad petrolera son tremendos e irreversibles. Por ejemplo, con un derrame de crudo en un río se mata toda la vida acuática y afecta a las poblaciones que viven en las riberas. Sin importar si el petróleo derramado provino de una operación de empresa pública o privada o si era nacional o extranjera, ni tampoco el tipo de tecnología utilizada, se destruyó la vida y la vida no tiene precio.

Al inicio del mes de abril, días antes de la segunda vuelta, la iniciativa de la sociedad civil “Frente al Ambiente” entrevistó a los candidatos finalistas y se les entregó una agenda ambiental. Los dos candidatos, presionados por las encuestas y orientados por los resultados de la primera vuelta en la que el interés por los temas ecológicos marcó un giro en la votación, con el objetivo de ganar votos no tuvieron reparo en comprometerse con una agenda ambiental y a cumplirla.

En el caso de Guillermo Lasso la mayoría de los compromisos que adquirió contradecían su propio plan de gobierno. Por ejemplo, se comprometió a garantizar los derechos de la naturaleza y de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario, lo cual es contradictorio con incentivar el avance de la frontera petrolera que innegablemente destruye la naturaleza y afecta a los pueblos indígenas. Lasso se comprometió también a luchar contra el cambio climático como una política de Estado fundamental, contradiciéndose con lo que afirma en su plan de gobierno.

Otro ofrecimiento fue promover de forma ambigua una consulta popular por el Yasuní, con el riesgo de repetir lo ocurrido en la consulta popular del 2018 cuando el gobierno colocó una pregunta confusa y tramposa sobre el Yasuní y cuyo resultado no significó la defensa de esta importante área protegida sino todo lo contrario.

Frente a estas marcadas contradicciones, y conociendo la historia del banquero Lasso, somos las organizaciones y los movimientos sociales quienes tenemos que mantenernos permanentemente vigilantes para evitar que se continúe con la ampliación de la frontera petrolera hacia el sur de la Amazonía e iniciar procesos de reparación integral en los territorios ya afectados.

Mantener el petróleo bajo tierra no es un lujo, es La alternativa a un modelo extractivista y depredador que ha dejado destrucción y muerte en la Amazonía del Ecuador. Debemos dar ese primer paso para iniciar el camino hacia un Ecuador no petrolero y ojalá fuera el primer paso hacia una civilización post petrolera. Esto es lo que el mundo necesita y el Ecuador puede volver a dar ejemplo de que si podemos hacerlo.

ACCIÓN ECOLÓGICA
20 de mayo de 2021

REFERENCIAS:

(1) INEC. https://www.ecuadorencifras.gob.ec/
(2) Larrea, Carlos. Coord. ¿Está agotado el periodo petrolero en Ecuador? UASB-Ed. La Tierra. Quito, 2017. Pág. 389.
https://repositorio.uasb.edu.ec/bitstream/10644/5812/8/Larrea%20C-CON-028-Esta%20agotado.pdf
(3) Cabrera, Esteban. et. al. Análisis Geográfico de la Pobreza y Desigualdad por Consumo en Ecuador. INEC. el Reporte de Pobreza en Ecuador 2014. Pág. 158.   https://www.ecuadorencifras.gob.ec/documentos/web-inec/Estudios%20e%20Investigaciones/Pobreza_y_desdigualdad/4.Reporte-Analisis_geografico_pobreza_desigualdad.pdf
(4) Gordon, Kevin. Desempleo por provincias. EPN. 2018 https://www.studocu.com/ec/document/escuela-politecnica-nacional/macroeconomia-i/practica/desempleo-por-provincias/5361080/view

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