Editorialista invitado: Ferdinand Muñoz Cruzatty[1]
Durante este invierno se han producido fuertes deslizamientos de tierra y avalanchas de lodo ocasionadas por las intensas lluvias y la deforestación en la zona alta de la montaña de las comunidades Los Pozos y Chipornia en Tosagua – Manabí.
La carretera que une estas dos comunidades, y a la vez conecta los cantones Sucre y Chone, está seriamente afectada por deslizamientos de tierra. Además de las lluvias, habría fallas geológicas, o quizás también un mal diseño en la colocación de alcantarillas, lo que ha provocado que en algunos tramos se haya perdido hasta más de la mitad de la vía. Este problema ya ocurre por algunos años.
En Los Pozos y La Chipornia se observa que la mayor parte de la loma está intervenida por monocultivos de maíz, produciendo deforestación, degradación del suelo, quema de rastrojos, y en algunos casos el arado de los suelos. A esto se suma la pérdida de estabilidad del suelo por el terremoto del 2016. Estos suelos estaban además saturados de agua por las fuertes precipitaciones que ocurrieron es esos días.
Estos suelos, al ser arcillosos, son propensos a deslizamientos y pierden sostenibilidad por la ausencia de las raíces de la vegetación. Los habitantes comprueban que donde aún hay bosque, el suelo está más firme, los árboles contienen la tierra, y por a las quebradas solo baja agua y no lodo, como ocurre en terrenos deforestados.
Otro factor es que la cuenca del estuario del río Chone está invadida por la industria camaronera; las piscinas se han extendido al pie de la loma, sin haber respetado sus quebradas y esteros, y al no existir un drenaje natural, sus aguas y sedimentos tienden a cambiar su rumbo.
Según el relato de algunos comuneros, cuando fue reconstruida la vía Chone – Sucre, no se hizo una socialización, a pesar del pedido que hicieran las comunidades, y del manifiesto hecho por los comuneros de que se respeten las quebradas y los cauces de esteros secos. Los técnicos hicieron caso omiso a este pedido, y no colocaron alcantarillas en las zonas donde bajaban las quebradas si no donde ellos creían que era más idóneo. Ahora, el tiempo ha dado la razón a los habitantes de estas dos comunidades.
Don Manuel Zambrano Hidalgo, morador de la comunidad Los Pozos manifestó con indignación que él ya ha sufrido los estragos por esta situación. Su casa está ubicada en la parte baja de la carretera, justo por donde está la descarga de las quebradas, donde no existe una alcantarilla, y el agua crecida pasa por encima de la carretera, arrastrando lodo y palizadas, sedimentos que se alojan en su predio, provocando que por tres ocasiones haya tenido que desbaratar su casa y volverla a reconstruir. Cabe recalcar que su humilde vivienda es alta, de madera y caña, típica casa de la campiña manabita.
Con mucha tristeza y con su mirada hacia el pasado, Don Manuel contó cómo eran los inviernos de antaño. Recuerda que desde niño apreciaba las fuertes lluvias pero que no se veía bajar tanto lodo y menos en una sola noche de lluvia. Cuenta que los inviernos en su época eran mucho más lluviosos, con muchas más horas de lluvia, pero no causaban tanto destrozo como ahora. También hace conciencia que antes había más bosque y como no se usaba herbicidas el suelo siempre tenía monte.
En la actualidad don Manuel se siente muy perjudicado por el invierno. Y, si bien reconoce que las lluvias son beneficiosas para el sector agrícola, hoy, cada invierno representa una amenaza, pues tiene que lidiar con todo lo que desciende de la loma y se acumula a lo largo de la carretera, y cuando llega a su casa, pierde sus plantas y enseres.
Cuando algún miembro de su familia se enferma es un verdadero viacrucis, para llevar al enfermo a una casa de salud pues tiene que salir hasta el lugar de la carretera donde no haya embanque de lodo y peor cuando no se puede transitar porque la vía está cerrada.
Él responsabiliza al Estado por no tomar en cuenta el criterio de la comunidad para la construcción de las vías, pues sus habitantes son los que mejor conocen cómo son los inviernos; y a las camaroneras porque no respetan los cauces naturales de los esteros y quebradas al momento de construir los muros para las piscinas.
4 de abril de 2023
[1] Experto comunitario en derechos de la naturaleza.
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