Acción Ecológica opina
Serie: ¡CUIDADO! ¡Quieren firmar un TLC con Estados Unidos!
Un eje de importante preocupación sobre el Tratado de Libre Comercio Ecuador-Estados Unidos, que ya empezó a ser negociado, es el de los efectos del intercambio comercial. Tanto las exportaciones ecuatorianas vinculadas con el agronegocio y el extractivismo, como las importaciones que vendrán desde ese país, van a suponer un agravamiento de las condiciones sociales y ambientales en el Ecuador. Sobre ello, ya han empezado a generarse alertas desde varios espacios.
Sin embargo, hay otros aspectos sobre los que casi no se discute, aunque son igualmente preocupantes. Y que también tienen que ver con la enorme capacidad de Estados Unidos para subordinar a sus intereses geopolíticos nuestro destino junto con el de nuestros territorios y naturalezas. Estos incluyen el manejo mercantil de la crisis climática global, ahora con las llamadas “soluciones basadas en la naturaleza” (1) que abren nuevas oportunidades de negocios a las empresas de Estados Unidos, engañan sobre el supuesto fin que dicen perseguir, y son nuevas formas de despojo de derechos a los pueblos y comunidades.
EL RETORNO DE LOS DEMÓCRATAS
El gobierno demócrata de Joe Biden en Estados Unidos marcará una diferencia con el de Trump, quien sostenía que el cambio climático es un engaño comunista. Pero esto no significará necesariamente menos problemas.
Después de su posesión, Biden firmó varios decretos (2) que revocan algunas políticas de Trump en favor de la industria petrolera, por ejemplo dejando sin efecto el permiso para el oleoducto Keystone XL. Sin embargo, quedan en pie otros proyectos petroleros nefastos como el fracking, la llamada Línea 3, el Dakota Access Pipeline y otros que envenenan espacios naturales y afectan fuentes de vida de comunidades indígenas de Norteamérica.
Si bien los demócratas colocaron el cambio climático (3) en el centro del debate electoral, muchas veces sus posiciones son contradictorias. La reciente Executive Order on Tackling the Climate Crisis at Home and Abroad (4) se pondrá en marcha con la asesoría de John Kerry, ex Secretario de Estado de Obama, defensor del fracking y de una agenda corporativa neoliberal e imperial en las negociaciones del clima. O recordemos que en 2009 durante el gobierno de Obama/Biden, el líder de la delegación de Estados Unidos ante la COP15 en Copenhague, Todd Stern, rechazó enfáticamente toda posibilidad de culpa y reparación por la contaminación histórica de la atmósfera por parte de su país.
Para complementar, en su discurso inicial Biden se alineó con las propuestas-ya-conocidas de reducción global de emisiones, el llamado al incremento de la resiliencia climática (que equivale a decir “no vamos a combatir el cambio climático, así que mejor se adaptan a lo que venga”) y un aumento de flujos financieros, es decir mayor financiarización de la naturaleza.
LA FACTURA DEL “GREEN NEW DEAL” PASA AL SUR
La política de los demócratas en materia de cambio climático significa un abanico de nuevas oportunidades de negocios corporativos en la supuesta búsqueda de una revolución energética verde, que incluye tecnologías «descarbonizantes», electricidad «cero-carbono», economías «bajas-en-carbono», y la producción asociada a la Captura y Almacenamiento de Carbono, una técnica identificada como altamente peligrosa. Igualmente se anuncian las Climate-Smart Forest Restoration Practices, que no son otra cosa que plantaciones forestales seguramente para producción de energía a gran escala mediante biomasa.
Todo esto va a suponer un despliegue en el mundo de tecnologías de energía limpia de la mano de grandes transnacionales, para la construcción de megainfraestructura eólica y solar o para hidroenergía. A los conocidos impactos que provocan las hidroeléctricas se deben considerar los de la expansión extensiva de paneles solares, turbinas eólicas o hasta de electromovilidad, sobre la base de ocupar tierras y extraer minerales como es el litio, en Bolivia y Chile o la frenética extracción de balsa en los bosques tropicales como los del Ecuador, solo como algunos ejemplos.
De la mano puede haber un flujo de préstamos condicionados, por ejemplo a la entrega de «certificados de compensación de carbono» (que en realidad son permisos para contaminar) o a la adquisición de tecnologías sujetas a derechos de propiedad intelectual. Por si fuera poco, las políticas climáticas de Biden se verán consolidadas con la resolución del Congreso de Estados Unidos de febrero de 2019 conocida como el Green New Deal (5) que propone que en 10 años la generación eléctrica de este país será 100% “renovable”. ¿Cuánto de esto operará bajo el amparo de impunidad que da a las corporaciones un TLC?
En otras palabras, la «descarbonización» de Estados Unidos será a costa de tierras agrícolas, territorios frágiles o de pueblos indígenas y de naturalezas en América Latina y el Caribe que mantendrán su papel de proveedores de materias primas, de servicios ambientales e inclusive de espacios abiertos a convertirse en basureros de desechos (6).
Finalmente, el anuncio de Biden del regreso de Estados Unidos al Acuerdo de París, aumentará el gran mercado de «compensaciones de emisiones» (7) haciendo más agresiva la necesidad de control de espacios territoriales y de desviar la atención sobre la principal solución al problema: dejar los combustibles fósiles en el subsuelo.
De hecho, Estados Unidos es un ejemplo de cómo, a pesar de que hay la certeza de cuáles son las soluciones al calentamiento global hace todo lo contrario. En el año 2016, cuando entró en vigencia el Acuerdo de París, Estados Unidos extraía cerca de 12’400.000 barriles diarios de petróleo y en el 2019 el nivel de extracción llegó a los 17’000.000 de bdp (8). Evidentemente los sucesivos gobiernos de Washington no se han planteado bajar las cifras de extracción de crudo, ni modificar la política de comercio o de relaciones internacionales con Venezuela, Oriente Medio, Irán, Rusia o China. Tampoco ha dispuesto alterar el funcionamiento de las instalaciones militares de Estados Unidos en el mundo, aunque se sabe que su ejército es un alto consumidor de petróleo (9).
Y, mientras los demócratas festejan, en otro lado del mundo, en el Foro Económico Mundial de Davos, con llamativa euforia sus integrantes anunciaron que todos quieren alcanzar la meta de ser economías cero-carbono y para esto se necesitan robustecer como nunca los mercados de carbono. Y vuelta y va de nuevo, el mismo pandemonio para (no) resolver la crisis climática.
ACCIÓN ECOLÓGICA
2 de febrero de 2021
Más información: ivonney@accionecologica.org
FUENTES:
(1) ACCIÓN ECOLÓGICA. https://www.accionecologica.org/?s=Soluciones+Basadas+en+la+Naturaleza
(2) En Estados Unidos se llaman Executive Orders. https://climate.law.columbia.edu/content/climate-reregulation-tracker
(3) SOLVING THE CLIMATE CRISIS. The Congressional Action Plan for a Clean Energy Economy and a Healthy, Resilient, and Just America.
https://climatecrisis.house.gov/sites/climatecrisis.house.gov/files/Climate%20Crisis%20Action%20Plan.pdf
(4) Executive Order on Tackling the Climate Crisis at Home and Abroad
https://www.whitehouse.gov/briefing-room/presidential-actions/2021/01/27/executive-order-on-tackling-the-climate-crisis-at-home-and-abroad/
(5) Para conocer el texto del Green New Deal: https://www.congress.gov/bill/116th-congress/house-resolution/109/text
(6) EEUU envía a Ecuador más de 100 contenedores mensuales con sus desechos plásticos.
https://www.planv.com.ec/investigacion/investigacion/eeuu-envia-ecuador-mas-100-contenedores-mensuales-con-sus-desechos
(7) ACCIÓN ECOLÓGICA. https://www.accionecologica.org/?s=Acuerdo+de+Paris
(8) BP. Statistical Review of World Energy. https://www.bp.com/content/dam/bp/business-sites/en/global/corporate/pdfs/energy-economics/statistical-review/bp-stats-review-2020-full-report.pdf
(9) The U.S. Military Emits More CO2 Than Many Industrialized Nations.
https://www.forbes.com/sites/niallmccarthy/2019/06/13/report-the-u-s-military-emits-more-co2-than-many-industrialized-nations-infographic/?sh=7f8c55a54372
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